«Un viaducto parecido
al nuestro de la calle Segovia cruza la calle de
Caulaincourt, esta calle tan populosa y de magníficos edificios; el que va por
este viaducto va viendo por su entrecruzado de hierro las sepulturas y
panteones. A la entrada de la rue Caulaincourt, por encima del viaducto de
hierro, pasan los autobuses: la vida arriba y abajo la muerte»
Cita de José Gutiérrez Solana, de su libro «París»
Cita de José Gutiérrez Solana, de su libro «París»
Abajo, el cementerio. Arriba el viaducto que lo cruza
En París, los cementerios no solo son el lugar de descanso eterno para los que ya han dejado este mundo, también se han convertido en un remanso de paz para los que continuamos aquí. En los más conocidos, y otros no tanto, los muertos están acompañados durante todo el día, pues son un punto turístico más de la ciudad. Y eso no es malo. Están construidos de forma que se hace agradable caminar por sus calles, sombreadas por grandes árboles que invitan al descanso. Son museos al aire libre porque muchas de las tumbas y panteones son verdaderas obras de arte dignas de admirar. Allí veremos a los que van a visitar a su difunto, y a los turistas que se sienten atraídos por el lugar y por las tumbas de los personajes famosos. Y si miramos por encima de sus muros, veremos los edificios que lo rodean, y a los inquilinos que viven en ellos mirando desde los balcones, con normalidad, las tumbas de sus seres queridos o las de sus vecinos allí enterrados.
El viaducto Caulaincourt es
un puente metálico que pasa por encima del cementerio. Fue construido en 1884, a
pesar de las muchas polémicas que hubo con relación a su construcción
Estos cementerios de París, que ahora quedan intramuros, en el siglo XIX fueron construidos fuera del recinto de la ciudad y el crecimiento de esta, los ha devuelto de nuevo al interior. Y es de imaginar que perdurarán dado el interés que ha ido suscitando, sobre todo en los turistas.
El cementerio del Norte,
más conocido como cementerio de Montmartre, fue inaugurado el 1 de enero de
1825
Este cementerio se construyó en el emplazamiento de las antiguas canteras de Montmartre, famosas por la buena calidad del yeso que de allí se extraía, y del que se hizo buen uso en la construción de la ciudad. Ocupa un espacio de unas 11 hectáreas, siendo el tercer cementerio más grande de París después del Père-Lachaise y el de Montparnasse. Se inauguró el 1 de enero de 1825 y se le conocía como el Cementerio de las Grandes Canteras. Esta cantera ya fue utilizada como fosa común durante la Revolución Francesa.
Tumba de Francis López. Fue un compositor francés
nacido en Montbéliard, el 15 de junio de 1916, y muerto en París el 5 de enero
de 1995. Autor de operetas de éxito como La bella de Cádiz, Andalucía,
Mediterráneo, El cantor de México o El vagabundo gitano. Cantantes como Luis
Mariano, Tino Rossi, Georges Guétary, Maurice Chevalier, Josephine Baker, Annie
Cordy y Line Renaud consiguieron grandes éxitos en Francia con la interpretación
de sus composiciones.
El acceso a la
necrópolis está en la avenue Rachel, que comienza en el boulevard de Clichy y
termina en el cementerio. Fue creada en el mismo año que se inauguró el
cementerio, aunque no tomó este nombre hasta 1899.
Es cierto que de no
ser por el barón Haussmann y su obsesión por las líneas rectas, París no sería
tal como la conocemos hoy; es por eso que debemos alegrarnos de que esto
ocurriera. Pero también es verdad que no dudó en destruir numerosos edificios de importante valor
patrimonial para llevar a cabo su proyecto. La creación de la rue Caulincourt y
el viaducto con el mismo nombre “fue concebida por el prefecto del Sena, el
barón Georges Eugène Haussmann” con el fin de ofrecer una ruta más sencilla para
salir de Montmartre por el lado oeste de la colina.
Desde la rue Caulincourt y antes de
cruzar de viaducto dirección Montmartre, estas escaleras llevan hasta la
entrada del cementerio en la avenue Rachel
La rue Caulincourt se
abrió en 1867, y dos años más tarde se bautizó con su nombre actual. Para dar
continuidad a la calle fue necesario la construcción del viaducto de
Caulincourt. La creación del puente implicó cierta remodelación en el
cementerio: Las sepulturas que ocupaban el espacio donde debían ir los pilares del
viaducto tuvieron que cambiar de ubicación, y la misma suerte corrieron las que
estaban en la esquina sur del cementerio, gastos que fueron sufragados por la ville de París.
Así se pueden ver hoy algunos panteones del cementerio de Montmartre, al resguardo del puente
Pero no todos estaban
de acuerdo con el traslado de las tumbas, como fue el caso de los descendientes
del almirante Charles Baudin. Estos,
además de rechazar el cambio de la tumba de su padre, demandaban la anulación del decreto que
autorizaba la ejecución del proyecto. Para ellos, el proyecto del barón
Haussmann no solo distorsionaba el aspecto del cementerio, también consideraban
una profanación el desplazamiento de las sepulturas y planteaban la posibilidad
de construir la calle de manera que no tocara el cementerio.
Entre el 1 y 2 de
mayo de 1861, en el Senado se debatió el proyecto del barón Hausmann y la
petición hecha por los descendientes del difunto almirante. Tras el debate, la
asamblea rechazó el proyecto del puente por una mayoria que dijo "no" (50 votos contra 38). Algunos años
más tarde, en 1867, la construcción de la rue Caulincourt fue declarada de
utilidad pública y el viaducto finalmente fue construido.
El paso del tiempo deja su huella
en las sepulturas. Estas, probablemente tienen concesión a perpetuidad y son
tan antiguas que los descendientes, si los hay, parecen haberlas olvidado
Las tumbas de Montmartre bajo techo
En 2012, la Ville de
París se comprometió a llevar a cabo un estudio para conservar el aspecto paisajístico
del cementerio y su patrimonio, como ya se hizo con el cementerio
Père-Lachaise. El 20 de diciembre de 2013, se aprobó una primera inscripción
como monumento histórico.
Un museo al aire libre
Entre las sepulturas de personas
ilustres se encuentra, por citar alguna, la tumba de Émile Édouard Charles
Antoine Zola, más conocido como Émile Zola
(París 1840-1902). Fue un escritor
francés considerado el padre y representante del naturalismo.
Tumba de Émile Zola
Pero la tumba más visitada es la de
Dalida (El Cairo 1933-París 1987) y siempre está llena de flores. Fue una
cantante y actriz francesa que nació en Egipto. Fue la primera mujer en recibir
un disco de diamante como reconocimiento a la cantidad de copias vendidas (140 millones en todo el mundo) Tras varios
dramas personales, se suicidó en 1987.
Tumba
de Dalida. La escultura tiene la estatura real de la cantante
No es un cementerio
común cuando paseamos por sus calles bordeadas de árboles, que le dan un aspecto
romántico. Si contemplamos las obras de arte que adornan algunas tumbas, podríamos
pensar que estamos en un museo, pues en ellas trabajaron artistas como Rodin, y
en las sepulturas quedaron los restos de personalidades tan conocidas como
Alejandro Dumas o Berlioz.
Desde el viaducto de Caulincourt
Sea cual sea su motivo
por el que viajan a París, si el tiempo se lo permite, no duden en visitar
alguno de sus cementerios más célebres. No saldrán defraudados tras la visita.
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