El castillo real de Vincennes fue construido en el siglo XIV por
Carlos V. Está considerado como uno de los castillos más prestigiosos y mejor
conservados de Francia, y durante la Edad Media fue el castillo más grande de
Europa. Aunque forma parte del entorno del Bosque de Vincennes ˗que fue
incorporado oficialmente a París en 1929˗, en 1934 volvió de nuevo al término
municipal de Vincennes.
Imagen de la muralla que rodea el castillo. La torre alta ˗lado norte˗ corresponde
a la entrada principal.
Conocer a partir de qué fecha comenzó a ser residencia real es una
cuestión que ha sido objeto de estudio. Se tienen datos desde la época de Luis
VII (1137-1180) gracias a la existencia de cinco actas firmadas en el castillo:
una del mismo rey Luis VII, en 1178; tres más de entre 1197 y 1198, firmadas por
Felipe-Augusto (1165-1223), su hijo y sucesor; y dos más, de 1198 y 1200, de dos
personas cercanas al rey, firmadas en presencia del monarca. Esto prueba que por entonces el rey residía en el castillo de Vincennes, al menos
temporalmente. Por tanto, es la fecha límite a partir de la cual hay constancia
documentada de que el castillo, en efecto, existía y funcionaba como residencia
real.
Escultura de Luis IX, San
Luis.
El origen de la
primera construcción fue el pabellón de caza que Luis VII mandó construir en el
año 1150. Felipe II de Francia (Felipe-Augusto), Luis VIII y Luis IX, también
se alojaron temporalmente en Vincennes. Pero de entre ellos, fue Luis IX quien
hizo de este castillo un lugar de gran importancia por ser la residencia que
más visitó, después del Palacio de La Cité. La primera visita la hizo en 1228,
y a lo largo de su reinado se alojó varias veces al año. Vincennes desempeñó un
papel importante para el monarca por la proximidad del lugar con respecto a
París, lo que le permitía ir con frecuencia. Precisamente por esto, usó el
castillo como residencia familiar cuando él estaba ausente, y con regularidad desempeñó
en él sus asuntos de gobierno. Luis IX se encontraba residiendo en Vincennes
cuando las reliquias de la Pasión llegaron a Francia, lugar que tomó como punto
de partida para ir a recibirlas y donde luego una parte de estas fueron
depositadas. Los reinados siguientes dieron continuidad al castillo que siguió
siendo, además de fortaleza, residencia familiar en la que se celebraron las bodas
reales de Felipe III y Felipe IV, y en la que nacieron Luis X, Felipe V y
Carlos IV.
Lado este de la muralla con
el foso.
Torre del Homenaje
La Torre del Homenaje es
el edificio que más destaca en el recinto del castillo por sus 50m de altura.
Está rodeada por una muralla con cuatro pequeñas torres en las esquinas y un castillete,
que es la entrada principal a la Torre del Homenaje. En la fachada estaban las
esculturas de Carlos V, su mujer, Juana de Borbón, y San Cristóbal que daban la
bienvenida a los visitantes. Sobre ellas una Trinidad, símbolo de la protección
divina del poder. En el segundo piso del castillete se encuentra el despacho en
el que trabajaba Carlos V, desde donde dirigía los asuntos de su reinado. En el
último piso hay una escalera que lleva al campanil que contiene el primer reloj
público francés, después le siguió el del Palacio de La Cité instalado también
por Carlos V.
Imagen del castillete,
entrada que lleva a la Torre del Homenaje.
Tomando de nuevo la
Torre del Homenaje, dos fueron los motivos que llevaron a Felipe VI de Francia
(1293-1350) a comenzar la construcción hacia 1337: sus estancias frecuentes en
el castillo entre los años 1336-1340 y el comienzo de la Guerra de los Cien
Años (1337-1453). Existen documentos que revelan que las obras se pararon al
poco de comenzar. De igual manera se sabe que se reanudaron en 1361, bajo el
reinado de Juan II de Francia (1319-1364), hijo y sucesor de Felipe VI. Prueba
de ello son los cimientos y la homogeneidad que presentan los primeros niveles
de la torre que fueron terminados en 1364. Pero Juan II tampoco vio terminado
su proyecto: fue hecho prisionero en la Batalla de Poitiers en 1356 y su hijo
Carlos V de Francia se convirtió en regente de Francia, siendo coronado rey en
1364 a la muerte de su padre.
Imagen de la Torre del
Homenaje y la muralla que lo rodea.
Fue este último
monarca, que había nacido en el castillo de Vincennes y fijado su residencia
aquí, quien de nuevo reanudó la construcción de la Torre del Homenaje en la que,
aunque no estuvo terminada hasta 1369, el monarca se instaló algunos años
antes, entre 1367 y 1368. La gran muralla que en la actualidad rodea el recinto
fue construida por decisión de Carlos V como medida de protección en caso de
peligro hacia finales de 1372 y principios de 1373. Inicialmente contaba con
nueve torres cuyos nombres hacían referencia a la leyenda de ‹‹Les Neuf Preux››,
Los Nueve Valientes. Esta muralla que no estaba prevista en el proyecto
original de Felipe VI, se terminó entre los años 1379-1380.
Torre del Homenaje.
Desde finales de 1372,
el castillo de Vincennes tuvo un papel importante en la defensa del reino de
Francia. Con el rey instalado en el castillo se creó una guarnición permanente
de soldados responsables de la residencia, un oficial como responsable militar
del sitio y un grupo de artilleros destinado a estar presente en la Torre del
Homenaje. Estos, sumados al cuerpo de guardia que siempre acompañaba al rey,
formaban un grupo de entre setenta u ochenta hombres. Así, siempre que el
monarca residía en el castillo disponía de un efectivo suficiente para hacer
frente a los contratiempos que se pudieran presentar.
Sala central en el segundo piso con una gran chimenea. En esa sala guardaba el rey sus manuscritos más preciosos en una caja fuerte.
Sainte-Chapelle
Lado norte de la capilla.
En 1379, Carlos V de
Francia mandó construir la Sainte Chapelle de Vincennes con el fin de custodiar
un fragmento de las reliquias de la Pasión de Cristo, que habían permanecido en
Vincennes hasta que la Sainte Chapelle del Palacio de La Cité, en París, estuvo
preparada para recibirlas. La construcción de esta capilla, inspirada en la de
París, se podría decir que se hizo eterna, pues como he mencionado antes, su
construcción comenzó en 1379 con el reinado de Carlos V y finalizó con el
reinado de Enrique II en 1552, año en que fue inaugurada.
Carlos V murió al año
siguiente de estar comenzadas las obras, su sucesor Carlos VI, las continuó a
partir de 1390. Durante su reinado se levantaron el coro, los dos oratorios, la
sacristía y el tesoro ˗en el que se guardaban las reliquias de la Pasión˗ y se
terminaron en 1395. También se comenzó la construcción de la nave que, a
diferencia de la que le sirvió de inspiración, solo cuenta con una planta de 20
m. de altura.
Nave de la capilla.
La construcción pasó
por distintas interrupciones, siendo los sucesivos reyes quienes la fueron
terminando. En 1480, durante el reinado de Luis XI, la fachada estuvo terminada
y la decoración interior tuvo que esperar hasta el reinado de Enrique II. Para
1552 finalizaron las obras y pudo ser inaugurada. En 1793, con la Revolución
Francesa, la decoración interior fue destruida, incluidas las vidrieras de la
nave. Tras la Segunda Guerra Mundial se restauraron con la mala suerte de que en
diciembre de 1999, un fuerte viento que llegó a alcanzar los 200 km. por hora
las atravesó destruyéndolas de nuevo. Afortunadamente se conservan las vidrieras
del coro que representan la Apocalipsis de San Juan.
Vidrieras del coro de la
capilla.
Rosetón de la capilla visto
desde el interior.
Pabellones Reales
Tras este paréntesis
para hablar de la Sainte Chapelle de Vincennes, hay que continuar hablando del
curso que tomó el castillo a partir del siglo XV.
Luis XI (1423-1483)
también fijó su residencia en el Castillo de Vincennes, pero no se alojó en la
Torre del Homenaje, sino en un pabellón que mandó construir en el lado suroeste
del castillo.
Pabellón del rey, construido por
Luis XI.
Francisco I de Francia
(1494-1547), que para sus estancias en París también eligió el castillo de
Vincennes, reformó el pabellón construido por Luis XI para alojarse allí. La
lista se alarga con Luis XIII, que tras ser asesinado su padre, Enrique IV, fue
llevado por su madre, María de Médici (1575-1642) al castillo. Allí fue
instalado en el pabellón del rey, donde pasó parte de su juventud.
Los dos pabellones que
existen a día de hoy fueron renovados por el arquitecto de Luis XIV, Louis Le Vau. Dos edificios gemelos unidos por un muro con arcos con dos
entradas orientadas al norte y al sur. A partir de esta época de finales del siglo
XVII, el Castillo de Vincennes deja de ser importante para la realeza:
Versalles sería el siguiente destino para la monarquía.
Imagen del Pabellón del Rey, Torre del Homenaje y lado norte del muro con arcos
que une los dos pabellones reales.
El Castillo de Vincennes fue abandonado cuando la corte
se trasladó a Versalles, durante el reinado de Luis XIV. Luis XV se alojó
durante algunos meses y Luis XVI no llegó a alojarse. Llegado el siglo XVIII,
lo que le sobrevino al Castillo de Vincennes fue la manufactura de porcelana de
Vincennes, la actual porcelana de Sèvres y la Torre del Homenaje quedó
convertida en prisión del Estado. Por ella pasaron: Voltaire, el marqués de
Sade y Mirabeau. Diderot también estuvo preso, pero estuvo encerrado en un
edificio que en la época estaba situado al lado de la capilla.
Celda en la Torre del Homenaje
en la que estuvo prisionero Mirabeau, entre otros.
Tras la Revolución Francesa, en 1796, el castillo fue
convertido en arsenal. Fue diseñado de nuevo, los restos que quedaban del pabellón
de caza de San Luis se destruyeron y se construyeron nuevos edificios militares
que existen todavía.
Y así, hasta nuestros días, esta es la historia
resumida de un castillo fortaleza real francés con la Torre del Homenaje más
alta de Europa, la única residencia real francesa de la Edad Media que conserva
su forma original.
Este enlace muestra en un vídeo la evolución del
Castillo de Vincennes.
https://youtu.be/qADdW7uHz2I
REFERENCIAS:
https://fr.wikipedia.org/wiki/Sainte-Chapelle_de_Vincennes
https://structurae.info/ouvrages/sainte-chapelle-du-chateau-de-vincennes