Montmartre, un lugar representativo de París. El paso del tiempo no
ha conseguido borrar del todo lo que fue, el "barrio de los
pintores", "el barrio bohemio" No tiene nada que ver con el París
que queda abajo, pegado al Sena. Sus calles empinadas y estrechas no se parecen
en nada a los amplios bulevares, ni sus casas a los lujosos edificios
haussmannianos,...y su ambiente sigue reflejando en algunos rincones el viejo
Montmartre.
Rue Lepic.
A dos pasos del Moulin Rouge, ubicado en la Place Blanche, bulevar de Cichy , comienza su ascenso la rue Lepic, con un largo recorrido que nos
llevará casi hasta la cima de la colina.
Es el resultado del acondicionamiento de varios caminos y senderos
que iban desde la "barrera Blanche" (actual Place Blanche) hasta la
cima de la colina. Un día de 1809, Napoleón I subió hasta lo alto de la colina
para ver un telégrafo que
había instalado sobre el coro de la iglesia de Saint-Pierre de Montmartre. En
esta época el camino para llegar hasta la iglesia se encontraba en mal estado y
Napoleón no pudo continuar a caballo, por lo que tuvo que hacerlo a pie. Este
contratiempo dió lugar a que se acondicionara la calle bautizándose con el
nombre de calle del Emperador. Más tarde, alternativamente, usó los nombres de
Route Déparamentale y rue Royale. A partir de 1864 adoptó su nombre actual por
el General de División Louis Lepic.
Tres lugares, tres personas, tres historias distintas que ya
forman parte de esta calle, me han llevado a escribir sobre ella. Diferentes
situaciones que hacen, para los que visitamos estos lugares, que nos resulten
interesantes y entretenidas.
En el nº 15 se encuentra el "Café des Deux Moulins". Si conocéis
la película de "El fabuloso destino de Amelie Poulain", aquí se rodaron
las escenas del restaurante donde ella iba a trabajar.
En el n° 54, Van Gogh vivió durante dos años, desde 1886 hasta
1888, en un apartamento con su hermano Théo, en el tercer piso de este edificio. En una de las ventanas hay puestos unos girasoles. El cuadro de la derecha, pintado por Van Gohg, refleja lo que él veía desde la ventana del apartamento.
El tercer personaje, de apellido Debray, está relacionado con el
Molino de la Galette. En 1809 esta familia compró el terreno en el que había
dos molinos, el Blute-fin y el Radet.
Sobre el Blute-fin se cuenta que los cuatro hermanos Debray,
durante la Batalla de París, defendieron su molino mientras esta era asaltada por
las tropas rusas. Tres de ellos fueron abatidos y el cuarto, fue hecho
prisionero. Después lo descuartizaron y sus trozos fueron colgados en las aspas
del molino. Es por eso que el molino se mantuvo en pie. Actualmente no está
abierto al público ya que se encuentra en una propiedad privada. Pero si vamos
hasta la calle Thozolé, lo podremos ver.
Su hijo mayor fue atravesado por una lanza, retirándose a morir al
pie del molino. Pero consiguió sobrevivir, aunque con una discapacidad. Fue él
quien más tarde, en 1834, convirtió el Radet en una sala de baile.
En 1915 se salvó de la demolición gracias a una asociación. En
1924, su propietario lo trasladó a la esquina de las calles Girardon y Lepic. En
1924, fue transformado en taberna abriendo solo los domingos y días festivos. Fue
entonces cuando tomó el nombre de Moulin de la Galette.
En la foto una imagen del actual Molino de La Galette, convertido
en restaurante.
La rue Lepic forma parte de un tour que hice una mañana junto con
un grupo de amigas. Una de ellas hacía de guía, porque ya conocía el recorrido
y decidió compartirlo con las demás.