La escultura ecuestre se encuentra en uno de los extremos de la Isla de los Cisnes, junto al Puente de Bir-Hakeim, en París. Representa a una guerrera que viste cota de malla y un casco rodeado por un halo. Monta sobre un caballo, cuyas cuatro patas están unidas, y el hocico y la cola levantados, dando la impresión de movimiento. Con la mano derecha blande una espada de hoja ondulada, y con la izquierda sostiene un estandarte que flota sobre la cola del caballo.
Fue creada en 1930, en bronce, por el escultor danés Holger Wederkinch y donada a la ciudad por la comunidad danesa de París. El por qué se supuso que la obra estaba dedicada a Juana de Arco lo desconozco, pero el ayuntamiento de París, en 1956, consideró que dicha atribución no era la apropiada, que no se correspondía con el resto de estatuas de la heroína que hay repartidas por toda Francia: «Era contraria a la iconografía habitual y al sentimiento nacional adjunto» y la consideraba «demasiado enfática y demasiado bélica» Su respuesta fue que se había hecho una «interpretación nórdica de Juana de Arco» comparándola con una Valquiria. Se emitió una opinión desfavorable a la Comisión Central de Monumentos Conmemorativos, dependiente del Ministerio del Interior.
Acto seguido intervino la Embajada
danesa, que estaba asociada a Wederkinch en el proyecto. Para evitar un
incidente diplomático decidió cambiarle el nombre y bautizarla como La France
Renaissante (La Francia Renaciente). Se le retiró el significado conmemorativo
y se le dio carácter decorativo. De esa manera, la escultura se podría mantener
en su lugar y no caer en el olvido en algún rincón de cualquier depósito o ser
demolida. La segunda inauguración tuvo lugar el 3 de agosto de 1958 en
presencia del Embajador de Dinamarca.